Comentario
El origen de la ciudad de Oviedo se remonta al año 761, con la creación de un establecimiento agrícola-monástico a cargo de los presbíteros Máximo y Fromistano. Sobre este primitivo lugar, más tarde se fundaría una pequeña iglesia dedicada a San Vicente.Su situación central determinó que el rey asturiano Fruela I ordenara construir un palacio y una iglesia, si bien no fue sino hasta el reinado de Alfonso II (791-842), su hijo, cuando la corte se trasladó desde Pravia hasta Oviedo. Así, se ordenó además levantar una nueva iglesia bajo la advocación de El Salvador. Alfonso II se vio obligado a reconstruir la capital, pues había sido destruida por un ataque musulmán en el año 794.La instalación de la corte en la ciudad da el impulso definitivo para su desarrollo, generando la llegada de nuevos pobladores y la construcción de edificios. Tal desarrollo constructivo da lugar a un nuevo estilo arquitectónico, conocido como arte asturiano o prerrománico, que tiene sus mejores manifestaciones muy cerca de Oviedo, durante la época de Ramiro I, con la construcción del palacio de Santa María del Naranco y la iglesia de San Miguel de Lillo.El programa constructivo continúa con el monarca Alfonso III el Magno, quizás el mayor impulsor de la ciudad. Bajo su mandato, Oviedo se convierte en un centro de acogida de peregrinos, que llegan a la capital atraídos por las reliquias que se conservan en la basílica de El Salvador. Este edificio será la base sobre la que se edificará la posterior catedral, impulsada por el obispo don Gutierre de Toledo, de finales del siglo XII (1382-88). El nuevo edificio será realizado en un estilo gótico flamígero, imperante en la época, aunque tuvieron que pasar casi tres siglos para que la fábrica de la catedral estuviera finalizada.